domingo, 10 de junio de 2012

La Trascendencia

¡Stad Firmus Ut Incus Percusa! (Manteneos firmes, como el yunque al ser golpeado)
 Lema del Yunque 

 El objetivo de la vida es insondable. ¿Cuál es la finalidad última de nuestra existencia? Además de toda respuesta que implique nacer, crecer, reproducirse, ser feliz y morir, el ser humano existe para trascender, logrando morir por la idea para alcanzar la inmortalidad.

El objetivo de este trazado es explorar el concepto de trascendencia desde la perspectiva de las enseñanzas del Gr:. de Apr:. Mas:. e invitar a la reflexión al respecto en cada uno de nosotros. En la actualidad, dada la evolución humana, alcanzaríamos perfectamente a lograr metas trascendentes en cada uno de nuestros ámbitos de vida. Como padres de familia, profesionistas, deportistas, escritores, masones, hijos, amigos, feligreses, etcétera, debemos de pensar y plantear estratégicamente cómo y cuándo estaremos en disposición de alcanzar el punto de no retorno en el cual estaremos dejando un legado a la humanidad.

Es decir, cómo llegar a mantener nuestra existencia en quienes nos sucedan. Un ejemplo distantemente próximo de un hombre trascendente es el de Melchor Ocampo, quien dedicó su vida a forjar una nación. A diferencia de los patéticos gobernantes de hoy, quienes afanosamente buscan asegurar que su nombre quede para la posteridad, se empeñan en ponerles su nombre a calles, escuelas, puentes y fraccionamientos. Ocampo ejerció ese derecho con su propiedad Pomoca, mientras que en actual contrapunto, hay casos como el del COBACH de Guacamayas, Mpio. de Lázaro Cárdenas, que lleva por nombre “Mtro. Leonel Godoy Rangel”, quien perpetuó su legado enajenando el nombre de una escuela pública a la que convida de su buen nombre e imagen en vida. Por dignidad, por estar en entredicho su reputación, debería de renunciar a tal honor, que es diáfanamente un capricho de reyezuelo cuatrienal más que un reconocimiento por su grandeza humana.

Entonces, el nombre de uno en las calles y la autorrealización no necesariamente implican trascendencia, pero desde la subjetiva perspectiva de la felicidad humana, lo importante no es la trascendencia, sino sentirse trascendidos. En su momento, un hombre debe de dejar hijos ó libros, dicotomizaba Nietzsche. Hay quien determina cuál es la obra de su vida para que nunca en miles de años se olvide.

 Por ejemplo, el epígrafe de este Traz:. de Arq:. marca el sendero de la trascendencia, en cuanto a cómo la firmeza y resistencia ante la adversidad permite llegar a morir por la idea para alcanzar la inmortalidad a los miembros de esa sociedad de ultraderecha. Por otra parte, ha habido estudios respecto a las motivaciones del ser humano que nos ubican en las motivaciones que nos llevan a realizar nuestro mejor esfuerzo. El más tradicional es el de Abraham Maslow, quien en 1943 definió una pirámide al respecto.

Es impresionante conocer que en experimentos que se han realizado, las necesidades descritas en la pirámide de Maslow tienen una jerarquía. De la misma manera que quien puede dar jaque mate en el ajedrez ignora olímpicamente la captura de un simple peón, un ser humano e incluso animales como los perros, monos y elefantes, son capaces de priorizar las motivaciones más elevadas sacrificando las más elementales.

 Ha habido una serie de interpretaciones a la misma, por lo que comparto lo que he podido sintetizar al respecto y que hay quien diferencia entre necesidades de déficit (D-Needs) y necesidades de ser (B-Needs), que resultan evidentes bajo ese criterio:

 1. Trascendencia. Conexión espiritual. Implica lograr satisfacciones transpersonales, más allá del egoísmo, en quienes logran ayudar a los demás a autorrealizarse y les motiva encontrar otras personas autorrealizadas.

2. Autorrealización. Satisfacción y explotar el propio potencial. Está presente la creatividad, falta de prejuicios, aceptación de hechos y resolución de problemas. Existe autocumplimiento.

 3. Estéticas. Paz, belleza y orden, simetría (metamotivaciones): A las personas más evolucionadas, más que lo material les motiva la capacidad de resolver su vida y de alcanzar lo que es justo.

4. Meta-necesidades. (Valores supremos ). Necesidad de tener necesidades por resolver, lo cual te hace resistir la adversidad.

5. Actualización. Les motiva saber, entender, comprender, conocer. Hay un desarrollo de habilidades, gusto por el juego y la celebración.

 6. Autoestima/Confianza. Confianza y respeto por sí mismos, ser competente y ganarse aprobación y reconocimiento. Éxito, autoreconocimiento. Maestría y autovalía.

7. Pertenencia y amor. Confianza y afecto con amigos, familia, afiliación a grupos, vecinos, país. Importa ser aceptado y sentirse pertenecido a ellos. Existe intimidad sexual y desarrollo afectivo.

 8. Seguridad. Económica, material, acceso a bienes y servicios. No tener miedo, estrés ni ansiedad. Sentirse seguro y fuera de peligro. Hay una ley moral, propiedad privada. Ley en general y límites, una estructura de orden. Dependencia y protección. Vivienda y empleo.

 9. Fisiológicas. Agua, comida, vivienda, sexo, dormir, descansar, salud y aseo, respiración. Homeóstasis.

Retomando el término trascender etimológicamente, es proveniente de trans, más allá, y scando, escalar – ascender-, es decir, subir más allá. Es decir, hablaremos de derrumbar los límites de nuestra zona de confort y alcanzar lo que está más allá. Por sí misma implica excentricidad, salir de un entorno y alcanzar lo que está afuera, lograr la permanencia fuera de la inmanencia. Un pensador clave al respecto es Immanuel Kant, quien en su Crítica de la Razón Pura mencionó que se puede aprender especulativamente sobre la percepción, sensibilidad y entendimiento, lo que permite la trascendencia de los pensamientos.

Por otra parte, aventuro otra acepción, trascender también es saber lo que hay más allá del sendero (tras-sendero) de la vida. El diccionario habla de que puede ser entendida como “exhalar olor tan vivo y subido, que penetra y se extiende a gran distancia”.

Lo cual sería metafórico de nuestra propia existencia y de nuestras acciones cotidianas: es decir, nuestras acciones más primitivas, al igual que las más elevadas, irradian un rastro inconfundible para el resto de la humanidad. Procuremos no mancharnos por ello. La segunda acepción es sobre “algo que estaba oculto y empieza a ser conocido o sabido”.

Es decir, en el sentido de que una vez que conocemos nuestro sendero estamos en el camino de la trascendencia. Por eso se dice que un masón jamás volverá a ser profano por muy profundo que sea su sueño.

Una tercera manera de entender el término es relacionado con los “efectos de algunas cosas o personas, que se extienden o comunican a otras, produciendo consecuencias”. La trascendencia innegablemente arrastra y no requiere más explicación.

 Aunada a la anterior está la de “ir más allá de algo”, que tiene que ver con la etimología descrita anteriormente. Asimismo, se dice también de un concepto “que se aplica a todo, universalmente, como las de unidad y ser”.

 Lo verdaderamente trascendente no se limita a un contexto propio en su definición. Otra definición es la que aparece en el sistema kantiano, en donde la “trascendencia implica rebasar los límites de la experiencia posible”, en cuanto al ámbito racional y especulativo. Y finalmente, está la de “penetrar, comprender, averiguar algo que está oculto.” Que evidentemente implica hacer honor a la máxima que dice “Homo Noscete Ipsum” para comprender a la naturaleza entera y poder verdaderamente trascender.

 En esta Pr:. Cam:. del R:.E:.A:. y A:., dudamos para existir; ergo, existimos para trascender, libres de preocupaciones inherentes a la esclavitud del profano. Pertenecemos a la masonería especulativa, literalmente significa, ver a través del espéculo lo que sobreviene para nuestra existencia. En este momento, analizar, mirar, observar no logra la trascendencia, pero en el sentido kantiano, implica rebasar lo empírico para sublimarnos.

Pero para lograrlo, es necesario el importante factor de la preparación, es decir previamente realizar lo necesario para elevarnos –pararnos- después. Debemos dejar registros de nuestra lucha y pensamiento, que nuestra biografía siga burilándose transformando entornos y vidas alrededor. La deuda social, genética que tenemos con la humanidad es cubierta a través de nuestra trascendencia.

Simultáneamente, como iniciados que somos, debemos acercarnos a ese centro de poder que tenemos dentro de cada uno de nosotros, ese sancta sanctorum, esa Ara interior, ese maestro secreto, que nos ha guiado hasta donde hemos llegado actualmente.

Nobleza obliga: dinero, poder, estudios, prestigio implican responsabilidades de devoción, disciplina, servicio y ejemplaridad, que nos hacen construir un sendero del cual ya no debe de haber retorno.

 La reconstrucción de nuestra vida espiritual radica en buscar la trascendencia adecuadamente. Nos perdemos en construir casas, formar familias, en acumular recursos materiales, fama, reputación, pero ¿qué es realmente trascender para cada uno de nosotros?

 Or:. de M... 09 de junio de 2012, E:.V:.
Frat:.
M:. M:. Mas:. de Pants ¡Es cuanto!